lunes, 7 de mayo de 2007



Jaque mate



La verdad sobre la Revolución Mexicana
Por Sergio SARMIENTO




"Después de una revolución uno ve a los mismos hombres en los salones donde se toman las decisiones, y después de una semana a los mismos aduladores".- Lord Halifax.



La historia oficial ha generado un culto patriótico a la Revolución -así, con mayúsculas- que tiene poco sustento en la realidad. Se nos dice, indudablemente con verdad, que la lucha armada destruyó un régimen de pobreza, desigualdad y autoritarismo. Pero no siempre se reconoce que la Revolución construyó otro régimen de pobreza, desigualdad y autoritarismo.



A ocho décadas de distancia ya no podemos darnos el lujo de no ser críticos ante el "régimen de la Revolución". No es que el gobierno de Porfirio Díaz no haya tenido todos los defectos que se le achacan, sino que la Revolución, lejos de cambiar las cosas, las empeoró.


Nadie sabe a ciencia cierta cuántas vidas costó la Revolución Mexicana. La cifra mágica, la que se ha convertido en verdad oficial a fuerza de repetición, es la de un millón de muertos. Si efectivamente la mortandad fue tan alta -ocho de cada 100 mexicanos que vivían en ese entonces- esto se debe mucho menos a las bajas en combate que a las muertes generadas por la pobreza y la insalubridad.


La Revolución Mexicana ocasionó lo que los especialistas llaman una "dislocación" social. Las cadenas de producción y de distribución se rompieron; la economía se desplomó; el país sufrió hambre y epidemias.


Las batallas en sí fueron poco cruentas. Las tomas de Ciudad Juárez y de Celaya, consideradas entre las acciones militares más importantes de la guerra, dejaron saldos de unos cientos o miles de bajas. Los cientos de miles que murieron a lo largo del período lo hicieron por inanición, influenza o enfermedades gastrointestinales.


Lo anterior no desmerece en nada el sufrimiento por la contienda armada: al contrario, le da su dimensión real. Nos dice que el costo de una guerra no se puede medir solamente por las listas de bajas militares: el costo económico y social es mucho más elevado.


Se argumenta que el nivel de vida del país, que se deterioró fuertemente durante la Revolución, no se recuperó realmente sino hasta los años cuarenta. Si se consideran las oportunidades de crecimiento perdidas, tanto por la contienda armada como por el modelo económico de la Revolución, puede afirmarse que en realidad todavía no nos hemos recuperado.


Al término del régimen porfirista el estadounidense promedio tenía un ingreso que duplicaba el del mexicano. Hoy la diferencia es de seis veces. Es verdad que México ha avanzado, pero buena parte del mundo lo ha hecho también; en todo caso nosotros hemos progresado a un ritmo menor que los demás. El avance de México, por otra parte, se ha registrado en buena medida a partir de 1940, una vez que se repararon los efectos de la dislocación de la lucha armada.


¿Queremos hablar de justicia social? No había estadísticas de distribución de la riqueza en 1910. Pero en 1996, según el Inegi, el 10% más rico de la población mexicana recibía 37.9% del ingreso y el 10% más pobre el 1.7%. Es difícil pensar que la situación era mucho peor hace 90 años.


¿Democracia? Sin duda el régimen porfirista era autoritario. Pero ¿acaso la Revolución nos llevó a un gobierno más democrático? En realidad hubo que esperar siete décadas después del final de la contienda para que México pudiera tener elecciones razonablemente limpias y justas.


Quizá la Revolución Mexicana era inevitable. Porfirio Díaz, el viejo liberal que luchó contra la intervención francesa y contra la reelección de Benito Juárez, no supo tomar desde el poder las medidas que permitieran la renovación de hombres e instituciones del Estado. Al final su caída se debió a su incapacidad para permitir el cambio que requería una sociedad que, precisamente por el éxito de los tres decenios de paz porfiriana, tenía nuevas aspiraciones.


El que la Revolución haya sido inevitable, sin embargo, no debería obligarnos a presentarla como un éxito. En realidad fue un fracaso monumental que nos tomó medio siglo, quizá más, remontar. Hay en esto una lección para todos: para un partido que lleva 70 años en el poder y que podría cometer los mismos errores que don Porfirio, y para los aspirantes a revolucionarios que toman las armas con la idea de que quieren beneficiar a los más pobres sin darse cuenta de que con frecuencia las revoluciones, lejos de mejorar las cosas las empeoran.


SALDOS DE LA REVOLUCION


En el prefacio de su libro de 1982 "Saldos de la Revolución", Héctor Aguilar Camín cita un texto de Arnaldo Córdova: "No es extraño que el problema de la historia que hoy hacemos sea, por antonomasia, el de la Revolución Mexicana: es nuestro referente, pensamos a partir de ella, nos movemos por ella o contra ella, en ella y por ella actuamos, sobre ella indagamos el pasado, incluso el más remoto, en ella fincamos nuestro desarrollo futuro, parecido o diferente a ella, por ella somos lo que somos; ella ha acabado identificándonos como un pueblo y una nación".- S.S.- México, D.F., 19 de noviembre de 1998.








Extraido de http://www.yucatan.com.mx/especiales/revolucion/20119801.asp

4 comentarios:

Anónimo dijo...

a menos mal que lo subiste ta re bueno, le da otro enfoque a la revolucion uno que no habiamos estudiado, aveces en todas estas guerras se olvida la prte humana y lo que se perdio en vidas mas que en cosas economicas y eso....es que ando inspiora debe ser tu sabi po el dante... ya chau

Historia dijo...

exelente, muy buena iniciativa, un aporte para la carrera, espero q este blog se masifique pa todos los niveles academicos de la carrera de pedagogia en historia.
por fin algo productivo...

Anónimo dijo...

buen tema, el de la revolucion maxicana. no simpre este tipo de exprexiones politico-sociales pueden a corto plazo sulucionar los problemas sociales en las personas.

Anónimo dijo...

Buen aporte el tuyo con estos temas q son de parte de la historia pero no se tocan muy a menudos, excelente iniciativa no hacer lo mismo q los demas con sus log o cosas similes.Te felicito por tu tiempo y dedicacion q le das a tu blog ,sigue asi, hace falta gente como tu en este mundo cada vez mas frio,materialista y sin percepcion d lo realmente necesario e importante...excelente trabajo...

El Fito...aunq no lo creas!!!